La Memoria es uno de los elementos vitales para la Evolución. Si las células, átomos, partículas, no tuvieran memoria todo en el universo estaría estático, detenido, sin movimiento.
Las células, tendrían que empezar desde cero cada vez que nacen, su proceso de desarrollo.... lo que tardaría millones de años cada vez.
Sin embargo, el arquitecto universal concedió a los organismos la capacidad de recordar, es por ello que a cada paso evolutivo en el tiempo, las células recuerdan el camino para convertirse en quienes son ahora.
Piensa en la semilla de un árbol: gracias a su memoria, va evolucionando y desarrollándose hasta tornarse en el árbol. Las células recuerdan cómo alimentarse del agua, de la tierra y del sol, y cómo seguir su proceso hasta florear, dar frutos, incluso recuerdan cómo secarse, morir, y volver a nacer. Las mariposas, aves, animales, plantas, todos tienen memoria.
Está demostrado que el Agua tiene memoria y que gracias a esa memoria sigue el flujo de los ríos, su cauce, y su proceso alquímico que da vida a todo en la Tierra.
Gracias a la memoria celular, nuestro cuerpo recuerda cómo envejecer, y cómo tejer una nueva vida dentro del útero de la mujer. ¿Sabes de forma consciente cómo generar espermas? No, pero tu cuerpo sí. ¿Recuerdas conscientemente cómo tejer el hígado, corazón, o los riñones de un bebé en tu cuerpo? Quizá tú no, pero la memoria celular de tu cuerpo sí que sabe.
Las memorias de cada célula viva contienen los recuerdos del proceso evolutivo universal.
Con un pequeño detalle para la mente humana y su poderosa capacidad de archivo: también gracias a la memoria podemos recordar eventos dolorosos de nuestra vida que pueden frenar o alentar nuestro desarrollo personal, ya que cada impacto emocional crea o imprime una memoria en el cuerpo.
Está demostrado a través de estudios del ADN, que las huellas de estas memorias de dolor que quedan impresas biológica y químicamente pueden ser transmitidas a nuestros descendientes. Se llama Epigenética.
Un día atendí a una consultante que tenía desde toda su vida un temor irracional a que le dispararan en la cabeza. En las plazas comerciales, manejando, siempre se iba cuidando de ello. No conoció a la familia de su padre, su mente consciente no sabía nada de ellos (pero sus células sí). Sin embargo, la envié a buscar más información de su sistema familiar paterno, y cuál fue la sorpresa al enterarse de que a su abuelo paterno lo habían matado de un balazo en la cabeza muchos años antes de que ella naciera. Reconfiguramos con la terapia sistémica Constelaciones Familiares esta memoria y asunto resuelto.
Como todo en el Universo, el Alma no se escapa a este diseño y también tiene Memoria. Para ella no existe el tiempo ni el espacio. Por ejemplo, si viviste en tu niñez el abandono de tu padre, 30 años después podrías estar experimentando con tu pareja una sensación de abandono cada vez que tiene que viajar o salir a trabajar, con las mismas sensaciones químicas en tu cuerpo de ansiedad, miedo, rabia o dolor que experimentaste con el abandono de tu padre, y estas reacciones químicas podrían estar interfiriendo en tu plenitud 30 años después y en los años consecuentes sino lo atiendes.
Como terapeuta de regresión a vidas pasadas, he podido comprobar que la memoria del Alma puede ir muy lejos, incluso a otras vidas. Una consultante se había casado en esta encarnación muy jovencita y se encontraba en medio de un matrimonio fallido. Cuando nos sumergimos en los recuerdos de su alma, recordó que en su vida anterior había fallecido de 16 años en un accidente y que el anhelo de aquella niña que fue en esa vida, era casarse y formar una familia. Anhelo que no pudo cumplir. Comprendimos, que en esta vida lo primero que hizo al tener edad fue correr a casarse, porque el alma sabía que si moría joven otra vez, no podría realizar su gran sueño de casarse. El alma tenía la memoria de su vida anterior de la muerte temprana. Y el matrimonio no fue precisamente feliz, pues no fue elegido desde el amor y la libertad, sino desde la memoria de dolor de su alma y desde el miedo a morir joven de nuevo.
Para los humanos, así como el tener memoria ha sido una bendición fabulosa para evolucionar, también ha sido objeto de trabajo duro, ya que estas memorias del alma y del cuerpo son las que se presentan como resistencias en nuestro proceso de transformación y de pulirnos como brillantes, para llegar más lejos.
Las memorias de vidas pasadas, las memorias generadas en el útero de la madre, las memorias de la concepción y las memorias del óvulo y del espermatozoide, que contienen las impresiones químicas de las memorias de los padres, madres y ancestros.
Nos queda mucho trabajo por hacer. En la Escuela de María Magdalena parte de nuestra misión es acceder a estas memorias, recuerdos y transformarlos, encontrar una nueva secuencia evolutiva para nuestro destino..... en vez de vivir nuestra vida desde la huella biológica del dolor.
El futuro de la evolución celular de la humanidad está en cada individuo.
Te abrazo!
Athenea Flor del Nilo
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